Es importante entender que para los hijos el hecho de que haya otra pareja y posiblemente medios hermanos o hermanastros, puede ser un proceso sumamente dificil, en el que el entendimiento y adaptacion hacia, una nueva familia requiere de mucho amor, paciencia, respeto y tiempo. Hay que evitar que los hijos se sientan desplazados , abandonados o rechazados de cualquiera manera. Si bien es cierto que los padres tienen derecho a rehacer sus vidas, los hijos tambien tienen derecho a tener un periodo de adaptacion en el que la comunicacion y la comprension imperen.
Hay que darles tiempo a los hijos para que conozcan y se adapten a la nueva pareja. Es una excelente estrategia permitirles que ellos decidan como llamarla, considerando que es preferible el papel de una buena amiga o de un buen amigo que no asume responsabilidades ni aplica normas disciplinarias que les corresponden solamente a los padres biologicos.
La nueva pareja tiene que "ganarse" a los hijastros con amor, apoyo y respeto, hay que evitar obtener el cariño de los menores con objetos materiales. Ademas resulta sumamente nocivo que la nueva pareja se exprese de manera negativa de la expareja de su conyuge, en cambio una actitud constructiva es fomentar una relacion armoniosa y equilibrada entre ambas familias.
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